March 8, 2021
March is Women’s History Month. So much is written every year about the remarkable women who made a difference; many of whom were the first to do something. The first to go into space, first to serve in a national political role, first to be hired as the CEO of a Fortune 500 company, first to become a doctor, first to fly a plane, first to practice law, first to graduate from Harvard or Yale and so on. Certainly, we owe these women a profound debt of gratitude. They broke the glass ceiling, making it easier for the next woman and then next and the next…
I applaud them for their courage and strength.
Side by side these brave women, live another group who also personify courage and strength. These women do not make headlines; we don’t even know their names. These are the women on whose shoulders we stand, because they steadfastly do what needs to be done; and they have been doing it for centuries.
These are the women who work three jobs to make sure that their children have a place to sleep, food on the table and clothing for school. These are the women who put in extra hours, although they are already exhausted–to earn money so their child can go to that special summer camp or take an important college prep course. These are the women who sit by the hospital bed of their chronically ill child for eight hours and then work a 10-hour shift—hiding their bone-tired weariness. These are the women who raise their sons alone and teach them about honor, commitment and integrity. These are the women who work full time and after work head straight to their Mother’s, to provide care and support.
Every day, since the beginning of time, women—often relegated to second class citizens by the society in which they live—have simply done what they needed to do. Their work never brought fame nor fortune, recognition nor praise. It certainly was not glamorous. It just was.
Most of the time, they did the same work as their male counterparts, but were paid significantly less.
Their efforts did not change the world, but most likely changed someone’s world.
Courage, more often than not, is the simple act of doing. Strength is the act of doing it over and over again, because it needs to be done.
So, as we celebrate Women’s History Month—I want to thank the women who, for hundreds of years, have demonstrated the courage and strength to … do.
8 Marzo 2021
Marzo es el Mes de la Historia de la Mujer. Se escribe tanto cada año sobre las mujeres notables las que han hecho la diferencia; muchas de las cuales fueron las primeras en hacer algo. La primera en ir al espacio, primera en servir en un papel político nacional, primera en ser contratada como Presidenta Ejecutiva de una compañía ‘fortune 500’, primera en convertirse en doctora, primera en volar un avión, primera en ejercer la abogacía, primera en graduarse de Harvard o Yale y así sucesivamente. Ciertamente, debemos a estas mujeres una profunda deuda de gratitud. Ellas rompieron todas las marcas, haciéndolo más fácil para la próxima mujer y luego la siguiente, y la siguiente etc.
Las aplaudo por su coraje y fuerza.
Al lado de estas valientes mujeres, vive otro grupo de ellas, que también personifican el coraje y la fuerza. Estas mujeres no aparecen en los titulares; ni siquiera sabemos sus nombres. Estas son las mujeres en cuyos hombros estamos parados; porque hacen firmemente lo que hay que hacer, y lo han estado haciendo durante siglos.
Estas son las mujeres que trabajan en tres empleos; para asegurarse de que sus hijos tengan un lugar donde dormir, comida en la mesa y ropa para la escuela. Estas son las mujeres que trabajan horas extras, aunque ya estén agotadas; para ganar dinero para que sus hijos puedan ir a ese campamento especial de verano o tomar un importante curso de preparación universitaria. Estas son las mujeres que se sientan junto a la cama del hospital de su niño enfermo crónico, durante ocho horas y luego trabajan un turno de 10 horas, y no mostrando en su físico, el cansancio. Estas son las mujeres que crían a sus hijos solas y les enseñan sobre el honor, el compromiso y la integridad. Estas son las mujeres que trabajan a tiempo completo y después del trabajo se dirigen directamente a casa de sus madres, para proporcionarles cuidado y apoyo.
Todos los días, desde el principio de los tiempos, las mujeres — a menudo relegadas como ciudadanas de segunda clase por la sociedad en la que viven — simplemente han hecho lo que tenían que hacer. Su trabajo nunca les trajo fama, o fortuna, ni reconocimiento, ni alabanza. Ciertamente no fue glamoroso. Simplemente lo era.
La mayoría de las veces, hicieron el mismo trabajo que sus homólogos masculinos, pero se les pagó significativamente menos.
Sus esfuerzos no cambiaron el mundo, pero lo más probable es que hayan cambiado el mundo de alguien.
El coraje, más a menudo que no, es el simple hecho de hacer algo. La fuerza, es el acto de hacerlo una y otra vez; porque se tiene que hacer.
Así que, al celebrar el Mes de la Historia de la Mujer—quiero agradecerles a las mujeres; quienes durante cientos de años han demostrado el coraje y la fuerza de hacerlo.