August 15, 2022
Having been in the nonprofit sector all of my professional life, I am proud of the vital role that nonprofits play in if not solving, then certainly making a serious dent in major social problems. We provide food and shelter, assist people with disabilities or other barriers obtain jobs and/or go to college or trade school, we care for children whose families are struggling, we provide special education services—and much more.
And yet, despite these efforts, nonprofits have not always been recognized as major players in our economy.
The good news is that this is changing.
The Johns Hopkins Center for Civil Society Studies’ report entitled “Nonprofits: America’s third largest workforce,” lays out nonprofit employment nationally, by state, and by various counties. The report, bolstered by data from the U.S. Bureau of Labor Statistics, highlights the economic value and power of nonprofit organizations. Nonprofits have risen to become the third-largest employers in the U.S. economy, employing 11.9 million Americans nationwide, with retail trade as the largest (15.7 million) and manufacturing as the second largest (12.3 million). According to the report, “Nonprofit employment is much larger than expected and much more widely dispersed, (health field 54.3%, education 15.6%, and social assistance 12.1%) outdistancing many major industries in its contribution to state employment and payrolls.” It is important to note that these jobs actually aren’t primarily funded by philanthropy—money that must be continuously donated by large benefactors. Most are supported both through government funding and commercial income from fees and charges.
Further, data provided by the Bureau of Labor Statistics shows that “over the decade following the 2008 economic meltdown, nonprofits added jobs at a rate that was nearly 4 times greater than for-profit businesses.” This is especially remarkable considering the growth of the for-profit presence in the traditional nonprofit market. And equally important, and contrary to popular belief, “nonprofit average weekly wages per employee are nearly equal to those paid by for-profits overall—and are actually much higher than for-profit wages in many of the key nonprofit fields.”
Given these new data, we are both a sector that makes a difference in terms of our nation’s health, education, and social supports, as well as a sector that is impacting the economic strength of our country.
This presents us with a remarkable opportunity.
According to Forbes, “leaders of nonprofits build invaluable strong community relationships. Because nonprofits have firsthand knowledge of their community’s needs and the best ways to meet them, they are vital to the economic infrastructure, which can catalyze growth and opportunity.”
If nonprofit leaders leverage this moment effectively, we will be invited to the table in ways we have not in the past with both government and the for-profit sector. We will have a greater voice in government spending (and cuts) that impact employment within the nonprofit sector. We will be able to shape economic development decisions that impact the employment of people with disabilities and other barriers. We will have more input into decisions made by insurers that directly affect nonprofit employees. This list is long.
My encouragement is that my fellow nonprofit leaders from across the country use this point in time to make our voices heard, conduct our due diligence, and get that critical seat at the table where decisions are made that directly impact our nearly 12 million employees and the additional millions of individuals we serve.
As always, I welcome your thoughts.
15 agosto 2022
Habiendo estado en el sector de sin fines de lucro toda mi vida profesional, estoy orgullosa del papel vital que desempeñan las organizaciones de sin fines de lucro; si no resuelven, sin duda hacen mella en los principales problemas sociales. Proporcionamos alimentos y refugio, ayudamos a las personas con discapacidades u otros impedimentos a obtener empleos o ir a la universidad o a la escuela técnica, cuidamos a los niños cuyas familias están en apuros, brindamos servicios de educación especial y mucho más. Y, sin embargo, gracias a estos esfuerzos, las organizaciones de sin fines de lucro no siempre han sido reconocidas como actores importantes en nuestra economía.
La buena noticia es que esto está cambiando.
El informe de Jhons Hopkins Center for Civil Society titulado “Organizaciones sin fines de lucro: la tercera fuerza laboral más grande de Estados Unidos”, establece el empleo en sin fines de lucro a nivel nacional, por estado y por varios condados. El informe, reforzado por datos de la U.S. Bureau of Labor Statistics, destaca el valor económico y el poder de las organizaciones de sin fines de lucro. Las organizaciones de sin fines de lucro se han convertido en los terceros empleadores más grandes de la economía de los Estados Unidos, empleando a 11.9 millones de estadounidenses en todo el país; con el comercio minorista como el más grande (15.7 millones) y la manufactura como el segundo más grande (12.3 millones). Según el informe, “el empleo de sin fines de lucro es mucho más grande de lo esperado y mucho más disperso, (en el campo de la salud 54,3%, en la educación 15,6% y en la asistencia social 12,1%) superando a muchas industrias importantes en su contribución al empleo estatal y en las nóminas. Es importante tener en cuenta que estos trabajos en realidad no son financiados principalmente por la filantropía; dinero el cual debe ser donado continuamente por grandes benefactores. Muchas son apoyadas tanto a través de fondos gubernamentales como de ingresos comerciales de tarifas y cargos.
Además, los datos proporcionados por la Bureau of Labor Statistics muestran que “durante la década posterior a la crisis económica de 2008, las organizaciones de sin fines de lucro agregaron empleos a una tasa que fue casi 4 veces mayor que el de las empresas privadas.” Esto es especialmente notable teniendo en cuenta el crecimiento de la presencia privada en el mercado tradicional dentro de las sin fines de lucro. E igualmente importante, y en comparación con la creencia popular, “los salarios semanales promedio de sin fines de lucro por empleado son casi iguales a los pagados por las organizaciones privadas en general, y en realidad son mucho más altos que los salarios privados en muchos de los campos clave de las sin fines de lucro.”
Apartir de estos nuevos datos, somos tanto un sector que marca la diferencia en términos de la salud, de la educación y del apoyo social de nuestra nación, como un sector que está impactando la fortaleza económica de nuestro país.
Esto nos presenta una oportunidad extraordinaria.
Según Forbes, “los líderes de las organizaciones de sin fines de lucro construyen relaciones comunitarias sólidas e invaluables. Debido a que las organizaciones de sin fines de lucro tienen conocimiento de primera mano de las necesidades de su comunidad y las mejores formas de satisfacerlas; son vitales para la infraestructura económica, que puede catalizar el crecimiento y las oportunidades.”
Si los líderes de sin fines de lucro aprovechan este momento de manera efectiva, estaremos invitados a la mesa de negociación de una manera en la que no lo hemos hecho en el pasado, tanto con el gobierno, como con el sector privado. Tendremos una mayor voz en el gasto público (y en los recortes) que afectan el empleo dentro del sector de sin fines de lucro. Podremos dar forma a las decisiones de desarrollo económico que afectan el empleo de las personas con discapacidad y otros impedimentos. Tendremos más participación en las decisiones tomadas por las aseguradoras que afectan directamente a los empleados sin fines de lucro. Esta lista es larga.
Mi incentivo es que mis compañeros líderes de sin fines de lucro de todo el país usen este momento de tiempo para hacer que nuestras voces sean escuchadas, llevar a cabo nuestra debida diligencia y obtener ese asiento crítico en la mesa de negociación donde se toman las decisiones que afectan directamente a nuestros casi 12 millones de empleados y a las millones de personas adicionales a las que servimos.
Como siempre, espero sus comentarios.